El consejero general de Educación de la Provincia, Diego Julio Martínez, le dijo al diario “El Día” que “solo el 13% de nuestros alumnos llegan a finalizar en tiempo y forma la secundaria y con los aprendizajes básicos necesarios”.
En el ciclo de charlas que el tradicional matutino platense realiza, Martínez esbozó un panorama de lo que es la educación en la Argentina, y en especial en la Provincia, donde la escuela es incapaz de revertir los resultados negativos.
En un momento del reportaje, Martínez señaló que “si comparamos lo que Argentina fue, que era el faro de la referencia educativa de Sudamérica y casi de América Latina, hemos bajado de nivel. Pero eso no quiere decir que no se puedan revertir esos resultados. No hay que enojarse cuando uno los mira y observa que tenemos problemas de aprendizajes en primaria y problemas de aprendizaje y de trayectoria educativa en el nivel secundario. Hay que focalizarse en cada nivel”.
Sostuvo que en los niveles obligatorios está el mayor problema. “Un dato: el 50 por ciento en nuestros alumnos a nivel secundario tienen problemas en su trayectoria educativa. Alguna vez tienen dificultades, o abandonan un tiempo o repiten, alguna dificultad interrumpe ese proceso. Solo el 13% de nuestros alumnos llegan a finalizar en tiempo y forma la secundaria y con los aprendizajes básicos necesarios”.
Sobre las causas, el consejero genera que representa al radicalismo en la Dirección General de Cultura y Educación, explicó que “las pruebas Aprender dicen que el mayor predictor de resultados tiene que ver con el universo económico de la familia, y eso atraviesa la escuela pública y la escuela privada. Ese es un dato fuerte, pero hay otras razones que pueden ser evaluadas y contempladas en ese contexto”.
También que existe un problema de trayectoria. “¿Qué pasó en la Argentina? La escuela secundaria se volvió obligatoria en el año 2006 y eso cambia la lógica. Cuando yo fui a la escuela secundaria, hace 40 años, solo ingresaban el 50 por ciento de los que terminaban la primaria. No solamente se amplió la base de esa matrícula escolar, sino que la secundaria tenía una forma, siendo claramente meritocrática, por materia, donde la deserción no era un problema. Hoy lo es, porque es obligatoria. Entonces los países hicieron dos cosas en general: trabajaron sobre formatos de compensaciones y de recuperación de contenidos de los alumnos que tenían dificultades, y otra es desarmar los esquemas de trayectoria anual, que fue ir por el formato más por materia. Llevamos casi 20 años de obligatoriedad y sigue funcionando casi de la misma manera y ese es el gran problema que tenemos”.