El radicalismo evoca la figura de Ricardo Balbín, notable dirigente de la historia del partido y de la democracia argentina.
Balbín nació en Buenos Aires, el 29 de julio de 1904. A los 18 años se afilió a la Unión Cívica Radical ante la influencia que ejerció sobre él la figura de Hipólito Yrigoyen.
Estudió abogacía y tras su paso por la Universidad de La Plata, donde llegó a ser delegado de la Federación Universitaria, aceleró sus tiempos políticos.
Fue el presidente de la resistencia radical de la Sección Primera platense cuando derrocaron a Yrigoyen; diputado, gobernador, candidato a presidente de la Nación y en varias ocasiones ejerció la presidencia del Comité Nacional. Entre tantas definiciones, se recuerda: “No se realizará un país sino sobre la base de la unión nacional”. O la del cierre de su campaña electoral en 1973, cuando se postuló como presidente acompañado de Fernando De la Rúa: “El que gana gobierna y el que pierde ayuda”.
La pasión hizo que desplegara una intensa actividad partidaria junto a hombres que dejaron su impronta, entre otros, Oscar Alende, Crisólogo Larralde y Moisés Lebensohn. Le ganó una interna Raúl Alfonsín y le cedió la candidatura a Arturo Illia. Su intransigencia y defensa de los derechos ciudadanos, la defensa de las instituciones y su férrea oposición al peronismo, resultó en dos encarcelamientos por orden de Juan Domingo Perón.
Sin embargo, otro capítulo saliente de su trayectoria la dio cuando en representación de los partidos políticos lo despidió en el velatorio del entonces presidente de la Nación: “Este viejo adversario despide a un amigo”.
Sus últimos años los recorrió con el ímpetu de siempre, siendo considerado como “un gran caudillo”. Luchó por la democracia llegando a crear la “Multipartidaria” que, ante el impulso, se constituyó en la antesala a la normalización del sistema.
Lamentablemente no pudo verla en 1983. Una complicación en su estado de salud derivó en su muerte el 9 de septiembre de 1981, en la ciudad de La Plata.
Su nieto, el diputado provincial Emiliano Balbín, lo recordó: “Se cumplen 43 años de la partida de mi abuelo, Ricardo Balbín, una figura clave en la lucha por la democracia y la justicia en Argentina. Su legado sigue siendo una inspiración para quienes soñamos con un país más justo y libre”.